Como una rueda de auxilio para el diezmado equipo de Primera, retornó uno de los hijos pródigos de San Albano en la primera línea. Luciano Pereyra volvió a disputar un partido en la máxima división de su club, tras más de un año y medio de ausencia por una seria lesión cervical que no lo dejaba jugar en condiciones normales.
Para ver el último antecedente, hay que ubicarse en la zona Reubicación del Grupo I de 2010, ante Pueyrredon. Lucho hace memoria y recuerda aquel momento: “Ese año fui titular en Primera todo el año, y en ese partido fui suplente directo porque me había desgarrado la fecha anterior. Recuerdo que fue el último partido de uno de mis amigos, Ivan Policretis”.
¿Cómo fue tu 2011?
Arranqué jugando en Inter y me lastimé el cuello. Era una hernia cervical, y el desplazamiento comprimía a la arteria vértebral.
Eso es más complicado cuando jugás de primera línea…
Totalmente, me agarraban mareos y nauseas. Estuve 3 meses sin jugar y empecé a volver de a poco a entrenar. Primero, con amigos de la Pre B como Chaca (Pablo Loturco), Lucho Villalba, Fede Grieco, Munra (Ezequiel Guastavino) y mi hermano Juan. Ese año terminé jugando en Pre A y arranqué este igual. Tranquilo y recuperándome.
Te diste un gusto en la Pre B…
Si, porque la última vez que había jugado con Chaca fue en 2006, en Primera. Con los otros solía jugar, pero con el y Lucho Villalba hacía muchísimo.
¿Cómo manejaste la ansiedad todo ese tiempo sin poder jugar?
Tenía muchas ganas de hacer las cosas bien, porque me pasó varias veces de tener lesiones y no darles bola. Pero acá estaba preocupado en serio porque corría el riesgo de dejar de jugar. El médico me dijo que era una cuestión de tiempo para que la arteria se libere y no me complique más. Tenía que esperar. Hasta que un día empecé a ir a trotar, al otro hice un poquito de scrum y ahí empecé a jugar 20 minutos por partido. Me fui largando y nunca más tuve problemas, por suerte.
Un año y medio después, te volvés a poner la camiseta de la Primera, ¿Qué se te cruzó por la cabeza?
Me enteré el jueves a la noche que iba a jugar en Primera. En la entrada en calor, me llamaron para ir con ellos y vi un montón de jugadas nuevas. Era una sensación increíble, sentía que estaba debutando otra vez en Primera
¿Qué diferencias notás con respecto a entrar a jugar con la Preintermedia?
Cuando en la Pre cometés un error, sabés que se soluciona en otro momento del partido o lo trabajás durante la semana. Acá en Primera te genera un cargo de conciencia. Me pasó a mi en este partido con Banco Nación en un par de jugadas de line.
¿Qué análisis hacés de tu rendimiento?
Me favoreció el clima y el estado de la cancha (se ríe).
Te pudiste lucir más…
Toqué tres o cuatro pelotas. Mi compromiso era más que nada con el scrum y el line. Sabía que no esperaban mucho de mi, y a la salida me comentaron “aguantaste mucho” o “tackleaste”. Nadie esperaba que aguantara tanto, pensaban que jugaba quince minutos y chau (se ríe).
¿Cuál es tu balance del triunfo ante Banco?
Como decía Ger Vidal, hacía mucho que no ganábamos basándonos en nuestro juego de pie. Es bueno adaptarte a las situaciones diferentes que te presenta cada partido. Nuestro fuerte era patear, presionar y cuando podíamos contratacar usando alguna pelota de ellos. No solía pasarnos antes, eso habla de una madurez del equipo.
A nivel personal, ¿Qué esperás para el resto del año?
Seguir entrenándome, ver en que puedo mejorar físicamente y hacer todo lo que pueda en cada partido que me toque jugar. Y si me necesitan, estaré ahí.
