Club San Albano

Era una final y un clásico. San Albano enfrentó el partido como lo ameritaba la circunstancia y, al igual que en la semifinal con Pueyrredon, jugó con una decisión e inteligencia que sorprendieron al rival. En esa primera mitad, casi perfecta, estuvo firme en defensa y vertical y efectivo para atacar.

La muestra se dio a los tres minutos. Jimmy Mac, que jugaba su primer clásico como titular, encaró con una convicciónn tremenda y todo terminó con Lautaro Lualdi apoyando en la punta. Del otro lado, Lomas también se las ingenió para lastimar al equipo de Corimayo. Vulneró su ingoal a los nueve por intermedio de Nicolás Penthreath, que se metió en el espacio entre la formación y la línea, en una jugada que despertó el reclamo de San Albano por una pantalla que Gustavo Tomanovich no observó.

Lejos de amedrentarse, los dirigidos por Alejandro Conti siguieron apostando a su fórmula. Otra vez, la definición llegó en la punta a través de Tomás Mac Gaw, que pintó en el uno a uno a su defensor y se metió en el ingoal. 

El partido era golpe a golpe. Porque a continuación, los de Longhcamps provocaron el try-penal con el scrum, formación que jugaría un papel fundamental. Luego, San Albano forzó la amarilla de Luciano Gallardo y James Ormson sumó tres puntos con el pie.

A poco del cierre, el equipo de Corimayo recuperó una pelota en 22 propias y lanzó a Lauti Lualdi, que atravesó toda la cancha y se sacó con quiebres de cintura a cuanto defensor que atinara a bajarlo. En pocas palabras, un try espectacular del back. Un penal de Ignacio Ceballos en la última dejó el parcial 27-17 a favor de Albano. 

El partido pareció plantearse de la misma forma en el segundo tiempo. Ceballos clavó un drop que puso a tiro de try convertido a su equipo, pero pronto llegó la jugada que inclinó la balanza. Fue a los 11 minutos. San Albano no supo cómo salir de su campo, Lomas lo presionó con el scrum y generó reiteración de infracciones hasta lograr la amarilla de su pilar, Sebastián Estefan.

Esos 10 minutos con un jugador menos fueron fatales para los de Corimayo, que sufrió tres tries que lo encontraron por primera vez en desventaja y con un rival agrandado. Ya en igualdad de condiciones, los de Longchamps marcaron su cuarto try con el maul, que dejo la chapa 48-27 a 10 minutos del final.

Lo que siguió a continuación fue una demostración de amor propio de los jugadores. Luchando contra el invicto de la Reubicación y el reloj, San Albano acorraló a Lomas contra su ingoal. Dos tries de pick and go-Juan Pablo Gemin y Estefan-achicaron la brecha a nueve puntos. Y en la última del partido, el ingresado Bruno Bravo habilitó de rastrón a Lualdi para el 44-48 final.

Así, por apenas cuatro puntos, Lomas Athletic se consagró campeón de la Reubicación del Grupo I. Más allá del dolor que genere, el partido servirá para que San Albano, con un plantel joven, tome nota. Cuando se lo propone, es capaz de jugar un rugby de alto nivel capaz de poner en aprietos a cualquiera; su desafío, claro, pasará por sostenerlo. Para eso ya habrá tiempo: ahora será momento de descansar con la conciencia tranquila, sin nada para reprocharse. 

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